Una melena joven y sana tiene entre 100.000 y 150.000 cabellos. Cada pelo crece a un ritmo medio de 0,40 mm al día.
Esta cantidad y velocidad de crecimiento disminuyen a medida que envejecemos, pero no sólo eso, también influyen otros factores como la genética, el estrés y las variaciones hormonales.
Nuestra alimentación también desempeña un papel muy importante, hasta el punto de que ciertos nutrientes han sido identificados como esenciales para la belleza de nuestro cabello. Por el contrario, ciertas carencias nutricionales se han asociado a un cabello apagado o quebradizo.
¿Pero cuáles son estas carencias nutricionales? ¿qué aminoácido o vitamina es mejor para el cabello que se cae, se rompe o le falta volumen?
Estos son los principales micronutrientes que debemos tomar de nuestra dieta o complementos alimenticios.

¿Qué aminoácidos sirven para mantener la producción de queratina de nuestro cabello?
El cabello está compuesto en un 95% de queratina. Como todas las proteínas, se producen a partir de aminoácidos, pero más concretamente de aquellos que contienen azufre, como la cisteína y la metionina.
Estos aminoácidos contienen un átomo de azufre en su estructura, lo que les confiere un olor particular.
Esta riqueza en átomos de azufre es la responsable de la gran fortaleza del cabello (y de las uñas). Permiten la formación de numerosos enlaces denominados «puentes disulfuro», responsables de la cohesión y la resistencia de las fibras de queratina. Por ello, un número insuficiente de enlaces se asocia a un cabello frágil y quebradizo. Así pues, los aminoácidos azufrados desempeñan un papel especialmente importante en el fortalecimiento del cabello.
Cabe señalar que estos aminoácidos azufrados también son responsables del cabello rizado: cuanto mayor es el número de puentes disulfuro, más curvada es la fibra capilar y más rizado es el cabello. Por el contrario, con pocos puentes disulfuro, el pelo es más liso.
¿Lo sabías? Además de su contenido en vitaminas del grupo B (biotina, ácido pantoténico, etc.), la levadura de cerveza tiene un alto contenido en los aminoácidos cisteína y metionina. Por eso este ingrediente se recomienda a menudo para la salud capilar.

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¿En qué alimentos podemos encontrar cisteína y metionina para tener un pelo bonito?
Carnes, huevos, pescado, legumbres, frutos secos y semillas, productos lácteos…
Estos aminoácidos son frágiles y pueden descomponerse al cocinarlos, así que opta por alimentos crudos o cocinados ligeramente.
Hierro y Arginina para nutrir el cabello desde la raíz.
El cabello crece a partir de una raíz anclada en el cuero cabelludo, cuya capa más profunda está atravesada por una red de pequeños vasos sanguíneos. Éstos suministran a la raíz todos los nutrientes y el oxígeno que necesita para crecer. Cualquier obstáculo a la irrigación de la raíz repercute en el crecimiento y/o la caída del cabello. Aquí es muy importante un aporte suficiente de hierro para garantizar una buena oxigenación del cuero cabelludo. La arginina también es interesante, ya que este aminoácido aumenta los niveles de óxido nítrico. Este gas dilata los vasos sanguíneos, favoreciendo el flujo de sangre al cuero cabelludo y la nutrición del cabello.
¿Dónde podemos encontrar hierro en nuestra dieta?
Carnes rojas, pescados, mariscos, vísceras… pero también legumbres, cereales integrales, frutos secos, verduras de hoja verde (espinacas, rúcula, etc.), chocolate, etc.
¿Dónde podemos encontrar arginina en nuestra dieta?
Legumbres, algunos cereales (arroz integral, trigo sarraceno, avena, quinoa, etc.), carne roja, aves, pescado, productos lácteos, frutos secos, etc.
Zinc y cabello graso
El cabello también se nutre de una glándula que produce sebo. Éste es el responsable de la flexibilidad del cabello: si no hay suficiente sebo, el pelo se vuelve quebradizo. Pero si hay demasiado, se vuelve graso. El sebo puede acumularse progresivamente en la base del cabello y asfixiar el bulbo piloso. Esta situación está relacionada con un nivel demasiado elevado de dihidrotestosterona, una hormona derivada de la testosterona que estimula la producción de sebo e inhibe el crecimiento del cabello, lo que provoca una obstrucción del bulbo con caída y una miniaturización del cabello (más corto y fino).
Al actuar sobre una enzima, el zinc es un oligoelemento capaz de reducir de forma natural la acción de la dihidrotestosterona.
¿Dónde podemos encontrar zinc en nuestra dieta?
Marisco, carne magra, vísceras, pescado, queso, huevos, semillas de sésamo, anacardos, germen de trigo, etc.
Un verdadero combustible para el cabello: vitaminas del grupo B
Las vitaminas del grupo B son nutrientes necesarios para renovar las células del folículo piloso y formar queratina.
Según algunos estudios, una deficiencia de vitamina B8 (biotina) puede provocar la caída del cabello.
La vitamina B6 (piridoxina) desempeña un papel aún más complejo: interviene en la fabricación de los aminoácidos presentes en la queratina (cisteína y metionina) y en la producción y regulación del hierro en la sangre.
En la mayoría de los casos, todas estas vitaminas actúan en sinergia.
Vitamina E para el cabello: protección UV
Los rayos UV no sólo dañan las células de la piel. Al desencadenar reacciones de oxidación, también afectan al cabello, lo que puede provocar un envejecimiento prematuro. La vitamina E ayuda a proteger las células contra este fenómeno.
Cobre para un color radiante del cabello
El cobre favorece la producción de melanina, el pigmento responsable del color del cabello. Por lo tanto, contribuye a una buena pigmentación del cabello y a un bonito color natural.
Tenga en cuenta que la melanina, al actuar como filtro, también ayuda a proteger contra los rayos UV.