Hoy en día, nuestra relación con la comida y el modo en que comemos suelen estar influenciados por muchos factores más allá de nuestro simple apetito.
Ideas preconcebidas, teorías y mitos sobre las dietas, influencias de la sociedad…
Muchas creencias se apoderan de nuestra mente y de la conexión con nuestro cuerpo.

Alimentación consciente:
(re)conectando con tus sensaciones
Es una forma de escucharte a ti mismo: tu cuerpo, tus sensaciones, tus emociones…
Al obligarte a concentrarte en el momento presente, el mindfulness te ayuda a domar las señales de hambre, a redescubrir el placer de comer con todos tus sentidos (textura, gusto, olfato, aromas, etc.), y a identificar la sensación de saciedad , que te indica que ya no tienes hambre.
Por lo tanto, la atención plena puede ayudar al control de peso al limitar la cantidad de hambre.

Consejos para una alimentación consciente
En la medida de lo posible, intentar comer en paz, sin perturbaciones externas (televisión, radio, lectura, teléfono, teletrabajo, etc.).
• Adopta (¡y disfruta!) un ritmo más lento de lo habitual: mastica bien, deja los cubiertos entre bocado y bocado, etc.
• Varia tu comida cambiando los alimentos y jugando con los colores.
• Para aprender a concentrarte y reconocer tus sensaciones, no dudes en anotarlas durante o después de la comida.
• Sé amable contigo mismo: sin juicios, sin culpas.
Comer es, y debe seguir siendo, un placer.
La práctica de la atención plena no se limita solo a las comidas.
Es un enfoque general que te permite tomar un descanso de tu rutina diaria y vivir plenamente el momento presente.