Durante el invierno, tendemos a enfermarnos con mayor frecuencia. Aunque en la mayoría de los casos se resuelven espontáneamente en unos días, pueden dejarnos agotados, interrumpir nuestras actividades diarias e incluso mantenernos en reposo por un tiempo. Pero ¿cómo podemos explicar esta mayor vulnerabilidad a los virus durante los períodos fríos? ¿Es realmente posible no resfriarse? Existen varios factores que contribuyen a enfermarnos en invierno:
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