Comedones: ¿Por qué aparecen y cómo tratarlos?

Las personas propensas a tener imperfecciones en la cara suelen descubrir que en épocas de estrés tienden a empeorar, de ahí el término común de «comedones por estrés». Para entender cómo actúa el estrés, es importante comprender los mecanismos fisiológicos que intervienen en la formación de estos. En cuanto a la prevención, dado que las imperfecciones son sensibles a una serie de factores, se basa en un conjunto de recomendaciones higiénicas y dietéticas para una gestión más completa y una mayor eficacia.

¿Qué son los comedones?

Los comedones son lesiones retencionales causadas, entre otros, por un exceso de sebo y por una hiperqueratinización (proliferación acelerada y anormal de queratinocitos de las glándulas sebáceas) junto con la proliferación bacteriana que puede tener lugar en estas situaciones. Según el grado de bloqueo del conducto pueden manifestarse como comedones abiertos o puntos negros, o como comedones cerrados o puntos blancos. La diferencia más significativa es que, al manipularlos, los puntos blancos pueden dar lugar a lesiones inflamatorias, mientras los puntos negros, no suelen dar lugar a este tipo de lesiones.

¿Por qué salen comedones o imperfecciones?

Existen tres mecanismos fisiológicos detrás de la formación de comedones en la cara:

1. Producción excesiva de sebo

El sebo es una sustancia grasa producida por las glándulas sebáceas de la piel. Fluye hacia la superficie de la piel, donde desempeña una función nutritiva y protectora. Pero si hay demasiado, la piel se vuelve grasa. Y si los poros de la piel se obstruyen, el sebo ya no puede drenar, acumulándose bajo la piel y favoreciendo la formación de imperfecciones.

2. Engrosamiento de la piel

Las células de la piel se multiplican con demasiada rapidez, lo que provoca un engrosamiento de la piel y una producción excesiva de queratina. Esta proteína puede obstruir los poros de la piel, lo que de nuevo contribuye a impedir que el sebo drene.

3. Inflamación

La acumulación de sebo bajo la piel crea un entorno favorable para el desarrollo de bacterias, lo que puede provocar lesiones: comedones abiertos o cerrados (puntos negros o blancos), pústulas, nódulos, etc.

Muchos factores pueden influir en estos tres fenómenos biológicos: la genética, la alimentación, las variaciones hormonales, los cosméticos comedogénicos, la exposición a los rayos UV, etc. El estrés es uno de estos factores.

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¿Cómo desencadena el estrés la aparición de comedones en la cara?

Las situaciones de estrés desencadenan la secreción de cortisol, conocida como la hormona del estrés. Esta hormona actúa directamente sobre las glándulas sebáceas de la piel. Bajo la influencia del cortisol, las células llamadas sebocitos se multiplican. Como son responsables de la producción de sebo, esta proliferación celular va acompañada de una sobreproducción de sebo (hiperseborrea). El exceso de sebo obstruye los poros de la piel, lo que provoca la aparición de comedones (comedones de estrés).

El estrés también puede afectar a las defensas inmunitarias de la piel, haciéndola más vulnerable a las imperfecciones cutáneas.

En situaciones de estrés, el riesgo de aparición de imperfecciones se multiplica. 

¿Cómo tratar los comedones? Cuidado de la piel

Es una buena idea escuchar las reacciones del cuerpo y la piel para descartar un factor desencadenante. Pero, en la mayoría de los casos, son varios los factores que contribuyen a ello.

Por eso, para combatir la piel grasa y las imperfecciones cutáneas, además de controlar el estrés, es aconsejable seguir una serie de consejos dietéticos y de higiene:

  • Adoptar una dieta sana que limite el azúcar.
  • Protegerse de los rayos UV.
  • Utilizar cosméticos no comedogénicos.
  • Mantenerse suficientemente hidratado, etc. 

A tener en cuenta: la Rhodiola es una planta adaptógena que se encuentra a menudo en los complementos alimenticios para ayudar a reducir el impacto negativo del estrés en el organismo.