Existen todo tipo de consejos y ejercicios para mejorar nuestra concentración y potenciar nuestra memoria en el día a día. Una excelente opción es apostar por el contenido de nuestra dieta.
¿Sabías que…? Existen, determinados micronutrientes que tienen importantes efectos beneficiosos sobre el cerebro, la concentración y la memoria.
Saber más: Macronutrientes y micronutrientes
El uso de la memoria y concentración en el día a día
Los periodos de exámenes no son los únicos momentos que desafían nuestro rendimiento cerebral. Utilizamos continuamente nuestra memoria como herramienta en nuestras tareas cotidianas: acordarnos de pedir una cita con el médico, reservar un billete de tren, encargar una tarta de cumpleaños, confirmar una inscripción, etc. La vida profesional también requiere concentración y memoria, a veces de forma muy intensa, como durante un curso o seminario de formación, en caso de ascenso, cambio de puesto, un reto intelectual concreto, etc. Incluso las actividades físicas y deportivas requieren una buena memoria (danza, judo, deportes de equipo, etc.) al igual que las actividades de ocio u entretenimientos de todo tipo, incluidos los juegos de estrategia en línea.
¿Cómo podemos ayudar a mejorar nuestra concentración y memoria?
Muchos factores pueden afectar a nuestra capacidad de memorizar, como el cansancio o fatiga, el estrés, el envejecimiento o una dieta desequilibrada.
Por el contrario, seguir ciertos consejos puede ayudarnos a concentrarnos mejor:
- Aíslate de los estímulos externos (consigue un poco de paz y tranquilidad, elimina distracciones e interrupciones).
- Evita la sobrecarga de trabajo (hacer una tarea detrás de otra).
- Planifica tus objetivos, siguiendo una progresión lógica.
- Organízate elaborando listas de tareas pendientes.
- Cuida tu entorno (práctico, ordenado y minimalista, de modo que guardes sólo lo imprescindible).
- Haz pausas regulares y aparta la vista unos segundos cuando trabajes frente a la pantalla del ordenador.
- Asegúrate de tener un sueño reparador.
- Practica una actividad física regular: yoga, danza, tenis, deportes de precisión (golf, tiro con arco, billar, etc).
La alimentación también ayuda a nuestro cerebro
Los alimentos proporcionan a nuestro cerebro la energía que necesita para funcionar. Sus necesidades son tan altas que el solo absorbe el 21% de la energía total consumida por el organismo. En otras palabras, en cada comida, casi 1/4 de las calorías ingeridas son utilizadas por nuestras neuronas, que convierten la glucosa en moléculas de ATP, la energía de la que se alimentan nuestras células cerebrales.
Ciertos micronutrientes son especialmente interesantes por sus efectos estimulantes, como la cafeína, que forma parte de la gran familia de los nootrópicos. Este grupo de sustancias ayudan a mejorar la función cognitiva, el aprendizaje y la memoria. Otros nootrópicos conocidos son la rhodiola, la bacopa y el ginseng.
Por último, algunos aminoácidos también son muy útiles. Los aportan de forma natural las proteínas que obtenemos a través de nuestra dieta, ya sean animales o vegetales. Entre ellos se encuentra la L-tirosina, que es un componente de los neurotransmisores implicados en la memoria y el rendimiento cognitivo. La L-glutamina es utilizada como fuente de energía por determinadas células cerebrales. En otras palabras, estos aminoácidos contribuyen a nutrir el cerebro y ayudan a la función cerebral.
Imperfecciones rojizas, puntos blancos
Además de una dieta rica en nootrópicos y nutrientes esenciales para el cerebro, recomendamos:
- Participar en la mayor variedad posible de actividades cotidianas.
- Mantener contactos y relaciones sociales para
Ahora ya sabes cómo mejorar tu concentración a diario o durante periodos específicos. Adopta estas buenas prácticas que te ayudarán a afrontar mejor los momentos de estrés o cuando necesites concentrarte durante largos periodos de tiempo.